La última vez que me senté a mirar el mar, tenía el corazón roto. Dejar mi escuela, mis alumn@s, la gente que creyó en el amor tan grande que siento por la danza.... no fue una decisión fácil, pero tenía que hacerlo. Ahora miro el mar a través de esta foto y pienso que la experiencia ha sido maravillosa. Seis años ahí me convirtieron en mejor profesora y mejor persona, y puedo deciros con serenidad que mi corazón ya no está roto. Se curó en el momento que sentí el amor y agradecimiento de todos vosotros porque supe que había hecho "muy bien mi trabajo" y porque sé que dí lo mejor de mí en cada clase. Espero que nunca me olvidéis y mucho menos mis enseñanzas, las mismas que mis grandes profesores me transmitieron. Gracias a todos los que habéis estado junto a mi en este camino que no pienso abandonar. Os quiero a tod@s.

AIDANZA